Judíos en Colón: Raíces y legado en la primera mitad del siglo XX

La Agudat Ahin fue la primera sinagoga sefaradí ortodoxa en Panamá. Se inauguró en 1929. Al centro en la primera fila está el Sr. Elías Zakay. Nueve escalones a la derecha, el rabino Yosef Abouganem con su talit.

Amalia Aguilar Nicolau@amalianicolau

17 de marzo 2024 – 06:10

CIUDAD DE PANAMÁ, PANAMÁ/Durante la primera mitad del siglo XX, la ciudad de Colón, situada estratégicamente en la entrada atlántica del naciente Canal de Panamá, no solo se convirtió en un bullicioso centro de actividad económica y cultural sino también en el escenario de un notable proceso de integración social. Entre los muchos inmigrantes atraídos por las promesas de progreso y oportunidad estaban grupos de judíos, quienes, huyendo de las adversidades y la persecución, vieron en Panamá una tabla de salvación, un lugar para reconstruir sus vidas en paz y libertad.

A su llegada a Colón, estos judíos se encontraron con una sociedad diversa, un crisol de nacionalidades, culturas y religiones. A pesar de las barreras del idioma y las diferencias culturales, la comunidad judía se esforzó por integrarse en la sociedad colonense. Contribuyeron significativamente a la economía local, abriendo negocios que iban desde pequeñas tiendas hasta grandes empresas comerciales, muchas de las cuales jugaron un papel crucial en el abastecimiento de bienes y servicios tanto para la población local como para los trabajadores del Canal.

Más allá de sus contribuciones económicas, los judíos en Colón se involucraron activamente en la vida social y cultural de la ciudad. Participaron en obras de caridad y en la organización de eventos comunitarios, fomentando así un espíritu de cooperación y entendimiento mutuo entre los diversos grupos étnicos de la región. Esta integración se vio facilitada por el espíritu de apertura y la tolerancia de la sociedad colonense, que acogió a los inmigrantes judíos como parte integral de su comunidad.

Portada del libro Historia de los judíos en Colón: una gran familia

En busca de las raíces

Esta es la historia que cuenta el Dr. Daniel Abouganem en su libro Historia de los judíos en Colón: una gran familia que empezó con el interés personal de, “buscar mis raíces, de conocer cómo llegaron los Abouganem tratando de dejar un legado para mis hijos y mis nietos tomando en cuenta que mi abuelo fue el primer rabino ortodoxo que llegó a Panamá y llegó precisamente a Colón”, me contó el doctor en una entrevista.

Su abuelo Yosef Abouganem fue contratado como rabino en 1925, para atender a las necesidades religiosas de una creciente comunidad en la ciudad atlántica. Dos años más tarde, en 1927 llegó su esposa Gnena Cohen de Abouganem desde Tiberias trayendo consigo a su hija Raquel y sus cuatro hijos varones. 

Me contó que se trataba de gente que comienza a migrar a los primeros años de la década de 1900 y se van estableciendo en Colón que por los trabajos del Canal de Panamá era un sito con alta tolerancia religiosa. Venían de todas estas áreas del medio oriente mediterráneo: Turquía, Siria, antigua Palestina, Irak, Egipto, Marruecos, Argelia o sea eran judíos sefaraditas que buscaban sacar a sus hijos de los territorios del imperio otomano, evitando así que se les usara como carne de cañón por los musulmanes en las batallas.

Foto de rabino Yosef Abouganem y la rubisa Gnena Abougane con sus hijos Isaac, Rachel, Aarón, Salomón y Haim.

«Eran tiempos difíciles y todos llegaban con una mano adelante y otra atrás. No trabajaron directamente en la construcción del canal, sino que venían a hacer lo que sabían: comerciar. Hacían de todo, desde vender gallinas, zapatos, sombreros y así fue creciendo esta comunidad”, de acuerdo con el autor.

La sinagoga de Colón, establecida durante estos primeros años, se convirtió en un centro de vida comunitaria no solo para el culto religioso sino también como lugar de reunión para la educación, la cultura y la asistencia social, reflejando el compromiso de los judíos con su fe y su nueva patria. A través de estas actividades, la comunidad judía dejó una marca imborrable en el tejido social de Colón, promoviendo valores de solidaridad, respeto mutuo y cohesión social.

Una historia de integración

La historia de los judíos en Colón durante la construcción del Canal de Panamá es, por lo tanto, una historia de integración y contribución. Supieron adaptarse a su nuevo entorno, superando retos y barreras, y al mismo tiempo, enriquecieron la sociedad que los acogió. Su legado en Colón es testimonio de cómo la diversidad y la inclusión pueden ser fuentes de fortaleza y enriquecimiento mutuo.

Para este libro el doctor Abouganem invirtió siete años de investigación que lo llevaron a revisar tanto los archivos nacionales como internacionales, recopilación de documentos y fotos de varias familias judías, así como a realizar alrededor de 60 entrevistas a quienes todavía recordaban la época de la “tacita de oro” que fue Colón.

Una particularidad del libro es que el autor enlaza de una forma bastante acertada el desarrollo de la comunidad judía de la ciudad atlántica con su historia de esplendor y decadencia, llevando al lector por una travesía que forma parte de la narrativa no solo de Panamá como país, sino también el impacto del contexto mundial de la época en la región.

Está lleno de datos históricos sobre la ruta entre los dos mares y uno de los más sorprendentes es que, “entre 1848 y 1850, aparecieron en los medios locales anuncios comerciales con los nombres de David Henriques y Joseph Plisé, judíos sefaraditas oriundos del Caribe (probablemente de las islas de Curazao o Saint Thomas). Ellos ofrecían servicios de transporte entre Chagres y Panamá a pasajeros y aventureros que utilizaban hasta cien mulas. Esta es parte de la evidencia de la presencia judía en el Istmo durante el siglo XIX”.

El libro repasa importantes eventos para el país como fue la “Fiebre de Oro” y su principal consecuencia, la construcción del primer ferrocarril transoceánico, luego nos lleva desde el intento de los franceses por construir el Canal y luego el éxito estadounidense, todo esto, evidencia de la implantación de la modernidad a través de la tecnología en el trópico.

Los cambios sociales se daban a una velocidad vertiginosa y las poblaciones que se asentaron en las principales ciudades de la ruta: Panamá y Colón trataron de integrarse de la mejor manera a la vida de cada región.

Cuatro de los seis miembros de la Sociedad Agudat Ahim. Moíses Cohen (tesorero), Mordejai Gadeloff, rabino Josef Abouganem (vocal), Nassim J. Cohen (vocal) y Elías Zakay (presidente) / Cortesía Selly Mizrachi

En búsqueda de un rabino

La comunidad judía de Colón no fue la excepción. Aunque el autor asegura que no le fue posible “obtener la cifra exacta de los judíos residentes en Colón en esa época”, señala que algunas publicaciones estiman que había alrededor de 65 familias, aproximadamente 500 judíos y que necesitaban la “formación de una congregación, la construcción de una sinagoga y la presencia de un rabino sefaradí ortodoxo”.

Es así como el empresario Elías Zakay es nombrado primer presidente de la comunidad hebrea en 1923 y se le encomienda la tarea de buscar un rabino. El principal requisito para el puesto era que el elegido pudiera “llevar a cabo los servicios de sacrificar reses y aves, según las normas de las leyes judías para ser consideradas Kasher. Además, que pudiese realizar circuncisiones a los bebés al octavo día de su nacimiento, siguiendo las leyes de la tradición judía. Mi abuelo estaba entrenado en la ejecución de ambos procedimientos, por eso el Tribunal Rabínico de Tiberias lo recomendó para la misión. Así llegó a la ciudad de Colón el rabino Yosef Abouganem en el año 1925, siendo recibido con mucho entusiasmo y alegría”.

A raíz de esto se funda la primera congregación sefaradí ortodoxa en territorio panameño bajo el nombre de Sociedad de Beneficencia Agudat Ahim. Además de la organización de la vida religiosa y cultural de la comunidad empezaron la construcción de la primera sinagoga sefaradí ortodoxa en un terreno comprado en el área de Nuevo Cristóbal, en la calle 8 y Meléndez que fue inaugurada en 1929.

Se describe como un edificio imponente para la época. Con una planta inferior donde estaba la residencia de la familia del rabino Abouganem, así como una escuelita para enseñanza de los niños y jóvenes. Una amplia escalera de mosaico conducía a la planta superior donde estaba la sinagoga.

Sección de la sinagoga para las mujeres

Legado para futuras generaciones

El libro es muy completo al dedicar varios capítulos a las familias que formaban parte de la Sociedad Agudat Ahim. También hay mucha información sobre las actividades benéficas y culturales que realizaban en la época y sus vínculos con otras organizaciones cívicas de la provincia, destacando las estrechas relaciones con los principales actores de la sociedad colonense a la que califica de “familia”, concepto incluido en el título de la obra.

Hacia el final del libro, el autor incluye un capítulo en el que hace un análisis sobre la decadencia de la ciudad de Colón y lamentando el abandono en el que se encuentra y cómo la mayor parte de esa fuerte comunidad judía se fue trasladando a lo largo de las últimas décadas a la ciudad de Panamá.

Los capítulos finales hablan de la vida de esas familias judías marcadas por la búsqueda de seguridad y prosperidad, ilustra profundamente la capacidad de la humanidad para superar la adversidad a través de la resiliencia, la adaptación, el compromiso con la comunidad y que hicieron de Colón su hogar.

En la última página, ante una hermosa foto aérea del Hotel Washington el autor cierra con la frase “con este libro dejo plasmado en el tiempo, las maravillosas historias y recuerdos de todo lo vivido en Colón. Que la descendencia de este maravilloso grupo de personas sepa que allí existió la comunidad de donde provienen sus antepasados”.

Esta historia forma parte del amplio mosaico que surge a partir de la construcción de la ruta interoceánica y que es sin duda alguna un eslabón más de la rica diversidad que da identidad a la sociedad panameña.

Recordar nuestro pasado nos ayuda a entender el presente.

El libro Historia de los judíos en Colón: una gran familia que fue presentando en agosto pasado en la Feria del Libro se encuentra a la venta en el consultorio del Dr. Daniel Abouganem y en el Riba Smith de Costa del Este y Multiplaza.

Avenida del frente de Colón

Fuente: https://www.tvn-2.com/contenido-exclusivo/judios-colon-raices-legado-primera_1_2121204.html