La mentira (y gravedad) de acusar a Israel de ser un estado Apartheid

La mentira (y gravedad) de acusar a Israel de ser un estado Apartheid

La mentira (y gravedad) de acusar a Israel de ser un estado Apartheid

Por Luciano Mondino

La única democracia de Oriente Medio ha transitado su jornada electoral en la que participaron todos los israelíes habilitados para votar. Tras una nueva elección, queda, otra vez, sepultada la infame acusación de que Israel es un Estado que promueve el apartheid. 

Desde organizaciones internacionales, medios de comunicación y redes sociales se suele repetir que Israel promueve el apartheid y la segregación con los árabes, una acusación no solo infundada, sino que muy fácilmente refutable con investigar y educarse un poco. 

La banalización del verdadero apartheid

Primero, vamos a ver qué es un apartheid para que todos conozcan el calibre de la acusación a la que someten a un Estado democrático. El apartheid fue un sistema de segregación racial que imperó en Sudáfrica y Namibia hasta finalizado el siglo XX.En este sistema de segregación, los segregados tenían lugares exclusivos para circular, horarios exclusivos para sus tareas diarias y quedaban subordinados a las órdenes de los segregadores. Era un sistema muy cruel que llevó a la desaparición física y espiritual de un pueblo. 

Como ocurre hoy con las mujeres en algunos países musulmanes, como en la República Islámica de Irán, distintos grupos denominados “inferiores” eran segregados en Sudáfrica: desde prohibirles el derecho al voto hasta impedir que compartieran matrimonios.

Ante lo que ya debería empezar a sonar evidente, pero que va a ser necesario remarcar: ¿esto es lo que pasa en Israel? Y la respuesta es que no. Vamos con un dato muy simple: en el país hay más de 9 millones de habitantes de orígenes muy diversos.

En el país hay, aproximadamente, más de 2 millones de ciudadanos árabes que practican el Islam; una situación completamente opuesta a lo que pasó con los judíos en los países árabes que sí fueron sometidos a una expulsión: antes de 1948, se estima en 800.000 y el millón de judíos que en éxodo tuvieron que abandonar los países árabes de África y de Oriente Medio. 

Uno de los pogromos más tristemente famosos en la historia fue el de Libia cuando en 1945 fueron asesinados 130 judíos, entre ellos 36 niños, sin contar los heridos. Situaciones muy parecidas se dieron en Marruecos e Irak. A partir de 1948 la persecución aumentó. 

En respuesta a la legítima creación del Estado de Israel, miles de judíos fueron desplazados y expulsados de los países árabes cuyos gobiernos y reinantes encabezaban las conocidas guerras árabes-israelíes que fueron ganadas siempre por Israel.Estas persecuciones significaron el desplazamiento de alrededor de unos 200.000 judíos que debieron partir hacia Europa y cerca de 900.000 o 1 millón que pasaron a formar parte del reciente creado Estado. Ningún país árabe ha compensado, hasta el momento, esta situación. 

Para que se comprenda algo más de la dimensión antisemita de los países árabes antes y después de 1948: existió un líder palestino, el Mufti Amin Al-Husayni, que no solo interpretaba las leyes islámicas, sino que potenciaba y lideraba un fuerte antisemitismo.A pesar de su vinculación con los jerarcas nazis y de haber sido uno de los promotores del holocausto, logró escapar cuando fue capturado y fue refugiado en Egipto bajo el asilo político. Finalmente murió en Beirut, en 1974, escapando de la justicia. 

Israel volvió a tener elecciones por quinta vez en menos de cuatro años con más de 12.000 colegios electorales abiertos en todo el país que van a recibir a los más de 6,8 millones de electorales que podrán expresar el sentido de su voto conforme el estado de derecho. Expresado por su presidente, Isaac Herzog, en el país se desarrollan elecciones libres, igualitarias y justas, algo que no ocurre en ningún otro país de la región. 

Los cargos vitalicios en los territorios palestinos

Los palestinos no pueden elegir y las autoridades se matan, literalmente, entre ellos. Desde el 2006 es la agrupación terrorista Hamas quien gobierna con puño de hierro la Franja de Gaza, tras ejecutar a supuestos colaboradores con Israel e impedir las elecciones de forma regular. 

Entre la puja y la violencia por las distintas facciones, Hamas, como en menor medida la Yihad Islámica Palestina, critican y sabotean cualquier tipo de colaboración que muy remotamente la Autoridad Nacional Palestina pueda coordinar con Israel.

En Gaza, el sistema político (extremadamente precario) se rige más por la carta fundacional de Hamas, en donde habla de la eliminación del pueblo judío, más que por una constitución. Esto explica muchas de las reacciones violentas que allí imperan. 

La integración en Israel

Para rebatir el tema del apartheid vamos con otro dato de fácil corroboración: el Tribunal Supremo (Bagatz) está también compuesto con jueces árabes cristianos y musulmanes. El último nombramiento fue el de KhaledKabub en el propio Tribunal Supremo. El Tribunal es quien dictamina, entre otras cosas, en temas relativos al conflicto árabe-israelí. En ese caso, una extraña forma de apartheid para un estado que nombra a jueces que también son parte del conflicto. 

La Knessettambién está compuesta por miembros árabes musulmanes. Por lo tanto, existen partidos políticos dentro del parlamento que permiten la expresión de su población. Partidos como Ra’am, la Lista Árabe Unida, presente desde las elecciones de 1996, años después de la firma de los Acuerdos de Oslo. Esto muestra, otra vez, que la acusación del apartheid es ridícula desde el momento en que hace 26 AÑOS que existen partidos políticos árabes. 

Representantes del parlamento como BaselGhattas, diputado árabe-israelí, en 2014 habló ante el parlamento portando una Keifa, el símbolo propio de los palestinos. ¿Qué ocurriría si un judío hablara sobre el sionismo en una calle de la Franja de Gaza o de Nablus? ¿Qué pasaría una persona con kipá ingresara a una administración de los territorios palestinos? 

Otra institución de vital, pero de real vital, importancia para Israel es su Fuerza de Seguridad en sus FDI, las cuales también están integradas por árabes-israelíes que se alistan voluntariamente, algo que mucha gente fuera de Israel ignora o esconde.Estas inscripciones voluntarias son sumamente rechazadas y catalogadas por los líderes palestinos dentro de sus territorios, pero también fuera: uno de los jefes del partido Ta’al y ex miembro del parlamento israelí, Ahmad Tibi, se pronunció públicamente en contray afirmó que no se entendía qué se le pasaba por la cabeza a la gente que se alistaban en las filas del FDI de forma voluntaria. Es más, muchos de ellos son árabes de origen que se quedaron en Israel después de 1948 y de a poco se han ido integrando. 

La milonga del muro

Para finalizar, vamos a derribar el famoso mito del “muro de segregación racial” ese muro que Israel levantó y que es el ícono de los que acusan de apartheid. Primero, no es un muro sino una valla de seguridadque en casi su totalidad (exactamente el 90%) no llega a cubrir los 8 metros de altura. Para tomar dimensión: la valla de Melilla mide 6 metros y el muro de la frontera EEUU-México también 6 con pedido de ampliación a 9 metros. 

Por ser una valla de defensa, cabe mencionar el porque de su construcción y esto se remonta a la II Intifadacuando en tan solo cinco años habían muerto más de 1000 israelíes, casi todos civiles.Apelando al derecho al defensa estipulado en el artículo 51º de la Carta de las Naciones Unidas, Israel comenzó la construcción de la valla de seguridad que permitió reducir considerablemente los atentados suicidas palestinos que eran responsables de las muertes israelíes.

Este derecho a la defensa, que es usado por todos los países del mundo, permitió la construcción de una valla que no es permanente y que por supuesto que no es una frontera. Es tan simple de entender como cualquier otra valla de seguridad que, incluso, los árabes y persas han levantado en Irán, Kuwait, Turquía o Egipto. 

¿Por qué se expande tan rápido una acusación tan cruel e infundada? Por la misma razón que tiene sostener el reclamo de Palestina cuando no es más que un espectáculo grotesco donde la maldad y la ignorancia se retroalimentan muy fuerte dando paso al antisemitismo. 

Son mentiras del mismo calibre que la propia carta fundacional de la OLP, creada en los años sesenta, que no solo no mencionaba ningún territorio palestino, sino que se refería a ellos como territorios soberanos de Jordania (Cisjordania) y Egipto (Franja de Gaza)bajo ocupación árabe, fueron rebautizados en 1967 como “Palestina” dando lugar a su causa. 

¿Qué objetivo pueden tener esos personajes que acusan a Israel de apartheid? Muchos, pero todos confluyen en lo mismo: empezar cuestionando la legitimidad de un Estado, su derecho a la existencia y de ahí dar un paso a plantear abiertamente su eliminación como pide Irán. 

Fuente: https://www.semanariohebreojai.com/articulo/6285