Asesinado por ser judío

Hace 5 años, en Paysandú, a unos 400 quilómetros de Montevideo, David Fremd fue asesinado en un crimen de odio que marcó a toda la sociedad. El antisemitismo mostraba en ese momento hasta dónde se puede llegar cuando las incitaciones desde las tribunas y las redes sociales alcanzan la mente de quienes consumen grandes volúmenes de incitación que parten desde podios y tweets.

El asesino fue procesado por homicidio especialmente agravado, lesiones graves y actos de odio, desprecio o violencia hacia determinadas personas. Luego, sería declarado inimputable y hoy no está en prisión, sino en un hospital psiquiátrico.

En su resolución, el juez de la causa estableció que “el agresor fue elaborando un proceso síquico complejo que desencadenó en la resolución de dar muerte a una persona determinada por su condición de judío, desarrollando una serie de actos tales como encomendar su accionar a Alá mediante el rezo para determinar su accionar, elegir el arma que consideró apropiada, concurrir al lugar donde la víctima asistía todos los días, la que una vez ubicada, recibió sin mediar palabra diversas puñaladas que habrían de herirlo mortalmente”.

El criminal “negó su accionar, limitándose a manifestar que ese día durante la oración de la mañana se encomendó a Alá para que lo guiara en su camino, ya que profesa la religión islámica desde hace varios años, sintiéndose víctima de persecución por parte de la comunidad judía por dicha circunstancia, desde sus épocas de estudiante de magisterio”.

El asesino señaló en su relato que por su condición de musulmán fue perseguido por largos años por parte de la colectividad judía y que el episodio disparador de esta situación surgió en el año 2006 cuando era estudiante de magisterio, al protagonizar un incidente de palabras con el embajador del Estado de Israel en ese momento, que se encontraba de visita en esa ciudad, al cual habría recriminado la muerte de niños palestinos.

El homicida no tuvo ningún incidente. Miró las redes, leyó las incitaciones desde los podios de los organismos de Naciones Unidas, igual tuvo horas de clase como maestro y nadie le hizo ninguna pericia en Enseñanza Primaria a pesar que concurría frecuentemente a un boliche de la ciudad donde se le escuchaba hablar solo y en voz alta contra los judíos mientras usaba las computadoras del lugar.

El fallo incluye que si bien el imputado “describe con lujo de detalle el proceso de conversión a la religión islámica y la presunta persecución sufrida por parte de la colectividad judía por largos años que en definitiva determinarían su accionar, no reconoce su participación en los hechos, señalando no recordar absolutamente nada desde que salió de su casa luego de encomendar el destino de su vida a Alá hasta que se encontró corriendo por las calles de la ciudad y fuera detenido por dos ciudadanos”. A los dos testigos que lo detuvieron les dijo: ”lo hice en el nombre del Islam”.

Si la víctima ni siquiera conocía a su agresor, tal como surge de las diversas declaraciones testimoniales, dada su condición de comerciante e integrante de la colectividad judía, resulta claro que el asesino “sí tenía conocimiento de quien era su víctima elegida que para él representaba o personificaba aquella comunidad que tanto odio le provocaba por la supuesta persecución vivida durante años”.

La primer pericia siquiátrica define “una personalidad esquizo paranoica pero con conciencia y voluntad de ilicitud en el acto por el que está siendo periciado, individuo que actualmente comporta elevado riesgo social, para sí mismo y para terceros”.

Poco después, otra pericia psiquiátrica lo declara inimputable y por eso hoy no está en prisión. Tampoco están ni cerca de prisión o condena alguna los que desde las redes sociales ( empresas que banalizan el mal) como nazis militantes y confesos se regocijan en incitar a más crímenes de odio, y eso lo sufrimos con mucha intensidad en Uruguay, quizás con menos frecuencia pero no intensidad de lo que sucede con perversidad en Chile y otros lugares de América Latina.

Hace pocos días un antisemita en reiteración real publicó en Montevideo un tweet agraviando a un destacado médico uruguayo no sólo por ser judío sino agregando que en su presunto respaldo hay “un lobby judío”.

El dos veces ex Presidente de Uruguay Dr. Julio Sanguinetti en un editorial escrito en su semanario Correo de los Viernes, señaló entre otros conceptos: “Por más que el tuit a veces responda a una acción repentina, al ser escrito y -en el caso- de un modo tan cargado de sentido, revela claramente una personalidad antisemita. No es una frase que se resuelva con una aclaración. Lo dicho, dicho está, y es gravísimo, porque ese dicho es un hecho.

Es una incitación al odio. Se habla de un “lobby” judío como si se estuviera ante un grupo de presión que ejerce espuriamente intereses que aparentemente condicionan al gobierno nacional.

Como es notorio, el Uruguay se ha enriquecido históricamente como sociedad por el concurso de gentes de todos los orígenes y creencias, que han amalgamado nuestras vastas clases medias. Ese es nuestro patrimonio nacional y así como hay instituciones judías, las hay armenias o italianas o españolas. Darle a la colectividad judía el “sentido” de “lobby”, es describirla como un grupo que actúa por intereses espurios. No se puede permanecer en silencio, porque así es como, paso a paso, van creciendo estos fenómenos de intolerancia y racismo que, desgraciadamente, hoy son
particularmente frecuentes en nuestra confuso mundo contemporáneo”.
Con mucho respeto por la Justicia y su independencia, el asesino de Fremd es imputable. Los asesinos de judíos en el reciente tiempo, en Estados Unidos, Francia, Bélgica son imputables y a nadie se le ha ocurrido algo diferente. Los que escriben tweets incitando al odio en Uruguay, en Chile, desde los gobiernos de Venezuela o Cuba, son imputables.

Recordamos el crimen de Fremd (Z´L) cometido hace 5 años porque lo exige la memoria que nos traslada a un presente donde otros antisemitas quisieran repetir la ordalía en todos los continentes. Y porque como ha escrito el ex Presidente Sanguinetti, jamás se puede permanecer en silencio al respecto.

*Eduardo Kohn (Montevideo, 1949) es Doctor de Relaciones Internacionales y. Director de Latinoamérica en B´Nai B´rith.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.

Fuente: https://www.radiojai.com/index.php/2021/03/11/94536/asesinado-por-ser-judio/